fácil de encontrar
No sé si
viene o la busco. La soledad. Me dejo encontrar, quizá. El sol espléndido de un
sábado de junio por la mañana.
En casa. Con
el youtube, con la música, sepultado por miríadas de cosas que debería hacer o
pienso que debería hacer. La vacuna o un
resfriado. Creo que tengo fiebre. Menos mal. Procrastinar es lo más
satisfactorio del mundo.
También
escribo. Supongo que es una manera de saltar la nada. El muro. Ni sé qué
separa, pero sea lo que sea, al otro lado estoy yo. En este, todo lo demás.
Como un susurro.
A veces llega a mí lo que podría haber
sido. Todo el amor que pude dar. Todo lo que soy, todo lo podría haber dado.
En silencio,
aquí detrás, en grandes cajas de cartón, los últimos famobil, los tente, que
subí de la cochera. Algo que no puedo entender, por qué los subí, por qué aún
no soy capaz de abrirlos, y mirar.
Me duele la
rodilla. Lo notaba cuando he salido al súper. Recuerdo del finde de pesca
pasado. La luna en la ventana del vecino
al levantarme de madrugada, la blancura de las semillas de chopo, de sauce, de
aliso, cubriéndolo todo. Magia. Las conversaciones con mi hermano, como
susurros, frente al río.
Todas las
cosas están contadas. Todo sucederá un número determinado de veces. Siempre hay
un transparente número.
Patitas.
También ese día murió Patitas. Así me lo dijo Ch. Una descarga eléctrica. Miras
la tormenta y aun así el rayo siempre te sorprende.
No sé. ¿Viene?
¿lo busco? ¿Por qué este dolor? En un día con este sol. En un recuerdo con
aquel otro, y el olor de la tarde junto al río. No sé, no lo entiendo. Incapaz
de despegarme de la pena. Como las pelusas de los árboles de la ribera.
Semillas.
Brutal. La
naturaleza es brutal. Y hermosa. Su armonía de dónde viene. Una derivada de la
guerra, el silencio entre un obús y otro. Qué profundidad la de esa nada que
sabe a nada.
La felicidad
de entonces y el dolor de ahora. Las dos caras de una sola hoja de sauce. Lo
que no sabía entonces y lo que ya intuía. El brillo que vendría, su
agotamiento.
No lo
entiendo. No lo entiendo. No entiendo
por qué no puedo dejar de mirar.
Por qué sé
lo que sé.
Para qué.
Soy fácil de
encontrar. Supongo. Para la tormenta y el rayo repentino. Para las semillas de
aliso.
Estar aquí,
estar ahora, en el mismo centro de esta brutal oscuridad.
Este sol…
este sol tan brillante…
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