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dallan



Pangur. Cuando era niño dibujaba mundos, historias. Con un boli. Intrincados diseños infinitos.

Ahora siento que me basta una palabra para crear mundos enteros. No necesito escribir el resto. 

Como cuando a veces, cuando me duermo, juego con los clicks en mi imaginación. Desplego las velas del barco pirata y llego a la isla verde de Bendermali. El castillo. Con su fantasma. La Royal Company. Vaya. Aquel trabuco gigante que en realidad era de los geyperman, creo.

Pangur. Tuuli. Shuken. Maalyi. Einini… Estados naturales de mi soledad.

Hoy vestí el negro. Como Bashô al salir a Tohoku, como Jon Nieve guardando el muro.

Ando estos días recogido en un mundo accesible solo para mí. Como cundo era niño. Como en Dallan.




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